¿Cuál es la mejor metodología para la mejora continua?
Muchas empresas ya cuentan con
alguna metodología para la mejora continua. Sin embargo que la misma
sea un requisito de los sistemas de gestión en general, no significa
que exista una metodología detrás. Aquí intentaremos responder hoy
qué metodología se debe implementar para llevar adelante
exitosamente la mejora continua en nuestra organización.
Vale aclarar que tener una
metodología es necesario, porque todo esfuerzo que no se sistematiza
se termina disipando. Y la sistematización sólo se logra a través
de una metodología que nos fuerce a estructurarnos y que finalmente
materialice esta sistematización que tanto suele faltar.
En el mercado existe una inmensa
variedad de metodologías: están las más conocidas y las no tanto.
En realidad todas ellas, si son metodologías serias, se basan en
principios similares y para ser honestos no difieren demasiado una de
otra. El concepto de mejora continua ya tiene sus años y si bien
puede haber algunos cambios en conceptos específicos, el eje sigue
siendo el mismo.
Se han realizado estudios sobre
las diversas metodologías y se las ha comparado, pero a mi entender
no se trata más que de un ejercicios académico que no tiene
demasiada aplicación en la práctica. Por otro lado, como toda
metodología, sólo es una forma de estructurar las cosas, no es la
verdad absoluta, y su “bondad” radica principalmente en el hecho
de que se pueda implementar en nuestra organización.
Existen además una serie de
nombres rimbombantes, metodologías que evolucionan y denominaciones
que cada vez más son más sofisticadas. En el fondo se trata de
esfuerzos de marketing: el eje de estas metodologías no ha variado
en el tiempo y sus principios, que es lo que importa, siguen siendo
los mismos hace años. De hecho, las herramientas que usan unas y
otras tienen ya varias décadas en uso y salvando variaciones
mínimas, no difieren demasiado de sus originales.
Mi recomendación es implementar
cualquier metodología que tenga cierto asidero. Se le puede hacer
las variaciones que uno quiera, en función de la organización y el
sector. Porque lo más importante no es qué metodología se usa,
sino que se haga una implementación comprometida de la misma, que se
le haga un lugar en la organización a la mejora continua y sobre
todo, que se busque gente con conocimiento y habilidades para llevar
adelante las iniciativas.
Al igual que en las operaciones,
para la mejora continua una de las cosas más importantes es la
disciplina. Sin disciplina la metodología más exitosa va a fallar y
con disciplina cualquier metodología dará sus frutos. No es
necesario una gran inversión en certificaciones y capacitaciones,
hay muchas metodologías genéricas que se pueden aplicar en empresas
que no tienen una gran capacidad para gastar en marcas reconocidas.
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