La durabilidad y el desafío de la sustentabilidad
Hoy en día los bienes no son
durables. Todo está diseñado para que dure un determinado ciclo, que por cierto lo
cumple el bien en su conjunto y no sólo algunas de sus partes. Una vez transcurrido este ciclo se
cambia el bien por uno nuevo. Sin embargo este esquema se torna
obsoleto en un contexto de escasez de materias primas como el que
comenzamos a transitar. ¿Cómo impacta esto en las operaciones?
El hecho de que las cosas se
diseñen para ser usadas y luego reemplazadas habla de un modelo de
negocio basado en la venta de bienes. El encarecimiento de las
materias primas y la creciente conciencia social irán volcando a las
sociedades a un modelo de “reparar y volver a usar” en
contraposición al modelo “usar y descartar” que tenemos hoy. Actualmente, por ejemplo,
es muy costoso reparar un electrodoméstico, porque no están
diseñados para ser reparados. Pero pronto las empresas comenzarán a
ofrecer bienes que estén pensados para ser reparados, con el consiguiente
ahorro de materiales que esto tiene, sin tener en cuenta la
reutilización de los descartes, producto de dichas reparaciones.
Esto va a implicar que las
empresas que hoy están basadas fuertemente en la producción y
comercialización de bienes irán desplazando su eje hacia un modelo
de negocios que tendrá como eje el servicio posventa, las
reparaciones y la venta de repuestos. Este vuelco ya comenzó hace unos
años en la industria automotriz, pero pronto llegará al resto de
las industrias. El bien funcionará sólo como “carnada” para ese
otro negocio, más suculento, de la posventa.
En este esquema las operaciones se
amplían y ahora entran en juego otros parámetros. Ha cambiado la
propuesta de valor y la producción del bien es tan importante como
el servicio que se brinda luego. ¿Cómo se van a gestionar las
reparaciones? ¿Cómo se van a gestionar los repuestos? Todas estas
son preguntas que se abren cuando se plantea la durabilidad como
cualidad del producto.
Las respuestas no son únicas y
dependen en gran medida de la propuesta de valor que cada
organización quiera tener. Pero seguramente esto implicará un
acercamiento mucho más profundo entre las áreas de diseño y las
operaciones dedicadas a las posventas.
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