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Procesos para el cambio

Si definimos los procesos como “la forma en que se hace una determinada cosa”, entonces todos lo cambios que una organización desea realizar impactan directamente sobres sus procesos. Esto parece una obviedad, pero generalmente se suele pasar por alto al momento de implementar el cambio. Esta definición general de “la forma en que se hace una determinada cosa” parece demasiado vaga e incluso puede recordar mucho a la definición de cultura organizacional. Sin embargo, mientras la cultura apunta a la generalidad de “las cosas”, los procesos apuntan a una “determinada cosa”. De más está decir que la cultura influencia los procesos. Si se busca implementar un cambio organizacional importante seguramente sea necesario realizar cambios en la cultura de la organización. Asumamos por un instante que se trabaja directamente sobre la cultura y que esta comienza a cambiar. Entonces, si como dijimos antes, la cultura influencia los procesos, el camino natural es que se comience a revi

El temor es un gran motivador

Muchas veces decir que el temor es un gran motivador parece perverso, pero no se trata de inventar fantasmas para asustar a las personas, sino de mostrarles la realidad. El temor, esto es tristemente cierto, es uno de los motivadores más poderosos que existen para generar el cambio en una organización. Puede ser el temor a perder el trabajo, el temor a no recibir un bono, el temor a perder las oportunidades de progreso, etc. Existen muchas cosas a las cuales les tememos y cuando el mecanismo se activa, somos capaces de cosas increíbles. En una situación de estabilidad absoluta, donde no se pueden tocar los privilegios de nadie, un sencillo cambio en un proceso será resistido hasta el final. Esto sucede generalmente en el estado. Porque las personas saben que no importa lo que hagan, siempre conservarán sus privilegios (es decir su trabajo y su sueldo). Sin embargo, cuando el temor es excesivo y se convierte en una certeza ineluctable, entonces las personas se desmotivan y

Externos para el cambio

Cuando una organización tomó la decisión de realizar grandes cambios no basta con los esfuerzos internos, es necesario que algún externo se involucre en este cambio. Esto es conveniente tanto desde el punto de vista político como del conocimiento que trae este tercero. Si una organización quiere realizar un cambio importante implica que hasta el momento ha operado de una forma muy particular, lo que trae consigo una gran inercia que es necesario vencer. El primer fracaso es querer que las personas que condujeron la organización hasta ahora hagan el cambio radical que se necesita. Este nuevo líder para el cambio puede provenir de dentro de la estructura, pero deberá tener algunas cualidades muy especiales. Independientemente de que el líder del cambio provenga de dentro o fuera de la estructura de la empresa, tendrá que tomar medidas impopulares y que generarán un desgaste importante en la organización. Por otro lado, también deberá detectar los elementos que más se opongan

¿Qué significa gestionar el cambio?

Las personas hacemos algo repetidamente y se nos hace costumbre. Y estas costumbres en una organización no pueden cambiarse sólo con la voluntad de quienes la dirigen. Si bien hay una gran variedad de resortes para motivar el cambio, lo que no puede pasar es que esperemos a que el cambio se dé solo: es necesario gestionarlo. Asumiendo que el cambio ya comenzó y que se han activado los resortes necesarios para que ese cambio se produzca, ahora es necesario gestionar ese cambio. Muchas veces se confunde la gestión del cambio con la generación del cambio y ciertamente que no es lo mismo. La generación del cambio proviene de una decisión estratégica y pensada, o bien de una situación forzada por el entorno. En ambos casos es posible gestionar el cambio, aunque es en el primer caso en el que es posible planificar este cambio y utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para gestionarlo. Dependiendo del tipo de cambio que se va a realizar esta gestión puede ir desde

Los agujeros negros en las operaciones

En todas las áreas, pero sobre todo en las operaciones, existen los agujeros negros. Yo defino de esta forma al momento en que ves que todos tus esfuerzos parecen en vano y no importa cuánto estés haciendo las cosas no mejoran. Es el momento en que solucionás un problema y aparecen dos. Los agujeros negros, evidentemente una situación por demás crítica, indican el momento previo al fracaso. Porque es una situación que no es sostenible. Tus esfuerzos son limitados y cuando los problemas superen tu capacidad de respuesta, entonces llegó el fin. El razonamiento lineal suele ser que es necesario asignar más recursos cuando los esfuerzos no alcanzan, pero esto rara vez suele funcionar. A menos que se trate de una cuestión eminentemente productiva, en donde el incremento en el volumen de producción implica un incremento en las necesidades de mano de obra, más recursos sólo suelen alimentar la voracidad del agujero negro. Mi mejor concejo es que se consulte a alguien externo

Incluir el reciclado en las operaciones

Otro gran desafío que nos plantea la sustentabilidad es el reciclado. Si bien muchas operaciones tienen algún nivel de reciclado, no están aprovechándolo al máximo o bien el circuito de reciclado no es tan relevante como el del resto de los insumos. ¿Cómo afectará esto a las operaciones? El primer punto es el manejo del scrap. Los desperdicios en las operaciones pocas veces son recuperados. Esto obviamente está vinculado a la falta de incentivos económicos. Sin embargo el encarecimiento de la materia prima implicará que todo ese material descartado podrá ser reutilizado o reprocesado de alguna forma. Los nuevos procesos productivos cada vez harán más hincapié en esto. Por el otro tenemos que todo aquello que hoy es descartable lentamente dejará de serlo. Hoy el uso de cajas es extensivo, pero con el tiempo ser irá reemplazando por contenedores retornables. De hecho a nivel industrial esto es común. Pero los consumidores están acostumbrados a comprar y deshacerse del envase

La durabilidad y el desafío de la sustentabilidad

Hoy en día los bienes no son durables. Todo está diseñado para que dure un determinado ciclo, que por cierto lo cumple el bien en su conjunto y no sólo algunas de sus partes. Una vez transcurrido este ciclo se cambia el bien por uno nuevo. Sin embargo este esquema se torna obsoleto en un contexto de escasez de materias primas como el que comenzamos a transitar. ¿Cómo impacta esto en las operaciones? El hecho de que las cosas se diseñen para ser usadas y luego reemplazadas habla de un modelo de negocio basado en la venta de bienes. El encarecimiento de las materias primas y la creciente conciencia social irán volcando a las sociedades a un modelo de “reparar y volver a usar” en contraposición al modelo “usar y descartar” que tenemos hoy. Actualmente, por ejemplo, es muy costoso reparar un electrodoméstico, porque no están diseñados para ser reparados. Pero pronto las empresas comenzarán a ofrecer bienes que estén pensados para ser reparados, con el consiguiente ahorro de materiales