Prepararse para la mejora continua
Se
suele creer que la capacitación está vinculada a la transmisión de
conocimientos. Sin embargo, muchas veces los conocimientos están ya en la
gente pero no están siendo articulados según las
necesidades de nuestra organización. Por otro lado, la capacitación es también
una forma de llamar la atención. Por esto es que si queremos
implementar programas y proyectos de mejora continua, operativa o de
procesos, la capacitación es un paso fundamental.
Si una organización tiene claro
que su desempeño va a pasar por la mejora continua de sus
operaciones y sus procesos, entonces tiene que dejarlo bien claro. A
través de una capacitación masiva sobre la mejora continua, y en particular para todos los nuevos miembros, es una señal clara de
su importancia. No tiene que ser una extensa jornada, basta con un
par de horas, es sólo una señal, no un curso de extensión
universitaria.
Las personas que forman la
organización suelen tener los conceptos de mejora incorporados, por
eso hay que buscar la forma de capitalizar este conocimiento. Una
forma de hacerlo es mediante la práctica, forzando a cada sector a
que presente planes de mejora. Recuerdo que en una compañía obligaban
a las filiales a cumplir con objetivos de six sigma. El problema en
este caso era que se trataba de una metodología tan compleja que sólo se podía
aplicar a grandes proyectos. Por eso es importante que haya una
metodología sencilla y adaptada a la organización, para que generar
estos proyectos de mejora no sea una carga. Pero para que los actores involucrados en el proyecto o programa de mejora puedan llevar
adelante los distintos pasos que requiera la metodología, por más sencilla que esta sea, requieren
una capacitación ya más detallada.
Mejorar lo que ya existe
requiere habilidades distintas que las necesarias para operar. Es por
eso necesario que de vez en cuando se involucre a
algún externo para darle ímpetu a este tipo de iniciativas. El
externo trae conocimiento, ideas frescas y no está viciado. Con una
o dos intervenciones por año debiera ser suficiente para que pueda
ayudar a los miembros de la organización a desarrollar estas
habilidades que requiere la mejora. En empresas muy grandes puede
haber una persona que se dedique a esto, pero no es lo habitual,
excepto para grandes multinacionales. Este externo puede ser un profesor universitario, un consultor u otro profesional apropiado.
La mejora continua, para ser
exitosa, requiere de un esquema de capacitación. No sólo para que
las personas de la organización desarrollen las habilidades
necesarias y aprendan cómo implementar la metodología que usa la
organización. La capacitación es también una forma de enviar una
señal para todos, para que entiendan que en la organización la
mejora es una prioridad.
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