¿Qué son las best practices?
Se entiende por el término de
“best practices” a la mejor forma de hacer una determinada cosa. La idea es que se busca esta mejor forma de hacer las cosas en cada sector y luego se
va aplicando a distintas empresas. Pero pareciera que el concepto no es tan lineal: ¿son estas best practices algo
bueno?
Las empresas suelen decir,
cuando quieren hablar del lugar al que quieren ir, que aspiran a
aplicar best practices. Los consultores suelen sugerir a sus clientes
que apliquen best practices. ¿Entienden de verdad lo que están
diciendo?
Cuando alguien sugiere que hay
que aplicar “best practices” en una empresa está asumiendo dos
cosas. La primera que hoy esa empresa está haciendo las cosas tan
mal que ni siquiera es tan buena como sus competidores. Porque si
estas “best practices” son tan conocidas, entonces los más
capaces ya las han implementado y los que no lo hecho son
evidentemente los más rezagados. Por lo que un proyecto de esta índole
no es ni más ni menos que admitir que “no somos tan buenos”.
La segunda implicancia de esta
sugerencia de aplicar “best practices” es que nuestra aspiración
es ser tan buenos como los demás. Es decir, que lo mejor que podemos
hacer es copiar lo que hace el resto, por favor, no nos pidan más.
Porque en definitiva todo el esfuerzo de aplicar estas “best
practices” sólo servirá para no caernos del mapa.
¿Entonces qué hacemos?
Entiendo que aplicar estas “best practices” puede ser el primer
paso, pero más que festejarlo y gritarlo a los cuatro vientos,
debería ser un requerimiento para comenzar a pensar en el futuro.
Ser igual que los demás no nos hace competitivos, no garantiza
nuestra subsistencia.
Lo que tenemos que lograr es que
nuestros procesos y nuestra operación acompañen a nuestra
estrategia y no dejar que las “best practices” se conviertan en
nuestra mayor aspiración, sino en el primer paso para poder tener
una operación de excelencia que nos haga más competitivos y los
favoritos de nuestros clientes.
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