Hacer y vender van de la mano
En muchas organizaciones
se puede ver una completa separación entre aquellos que venden y
aquellos que hacen.
Los que venden salen
desesperados a vender lo que sea y luego los que hacen se encuentran
con que no es posible cumplir. Y comienzan los conflictos. Yo soy de
los que creen que hay que aprovechar todas las oportunidades
comerciales que se presenten, incluso si eso implica estresar las
operaciones. Sin embargo, lo que nunca puede suceder es que esto sea
una sorpresa. Ante una nueva oportunidad comercial uno puede optar
por forzar o no a las operaciones para cumplir. Pero lo que no puede
pasar es que no haya una decisión pensada detrás la acción.
Muchas veces quienes
venden empeñan su palabra, firman el contrato y las operaciones sólo
se enteran de todo una vez que no hay más nada para negociar. Y tal
vez las operaciones podrían haber contribuido durante la
negociación, detectando, por ejemplo, algún costo oculto de atender a
este cliente, lo cual hubiera redundado en un precio más alto.
Otras veces las
operaciones necesitan un tiempo para adaptarse a los nuevos
requerimientos, por ejemplo adquiriendo capacidad. Sin embargo cuando
llega la demanda por sorpresa no hay tiempo de hacer nada.
Por todo esto es que se
recomienda fuertemente que entre las áreas que venden y las que
hacen haya una muy fluida comunicación. Esto no garantiza el
consenso, pero al menos permite anticiparse a los problemas y
enfrentarlos con mayor éxito.
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