Mejorar sí... ¿pero qué cosa?
Es muy simple decir que
hay que mejorar. La gran pregunta siempre es qué cosas debemos mejorar.
Los recursos son escasos y hay que aplicarlos apropiadamente para
obtener el mejor resultado. ¿Qué método seguir para detectar los
procesos que queremos priorizar?
La respuesta está
vinculada a nuestros objetivos estratégicos y a nuestra estrategia
de operaciones. Para poner un ejemplo, si nuestro objetivo es operar
al costo más bajo, entonces tendremos que analizar los procesos más
costosos y trabajar sobre ellos. En este caso se deberá analizar los
procesos que tienen un costo total alto y los que tienen un costo
unitario alto. De allí se debe estimar un potencial de mejora para
cada uno, lo cual en general se hace de manera cualitativa. Por
ejemplo, si se sabe que un proceso está altamente automatizado,
entonces seguramente no hay mucho margen para mejoras de alto
impacto. Y si las hubiera seguramente serían costosas de
implementar. Esto, claro está, hablando en términos generales.
Esto se puede trabajar
sobre procesos individuales o sobre bloques de procesos. Lo
importante es que esté lo suficientemente atomizado como para poder
encarar acciones concretas.
En el ejemplo que puse
antes se buscaba reducir costos y entonces el trabajo es bastante lineal. Se analiza la reducción de costos, la inversión necesaria
para mejorar el proceso y con esto se define si se ejecuta o no la
acción. Sin embargo en otras ocasiones, cuando los vectores de
mejora son otros, la cuestión no es tan sencilla.
Si queremos mejorar la
seguridad, no es tan fácil medir cuánto mejora la seguridad y por
lo tanto qué inversión estamos dispuestos a hacer. Siempre es
posible hacer números, pero estos números comienzan a tener una
mayor carga de subjetividad cuando nos vamos moviendo a resultados
más intangibles como la seguridad, la satisfacción del cliente,
etc. Todo se puede medir, pero las mediciones son menos duras y por
lo tanto tienen un mayor nivel de ambigüedad.
Al momento de buscar
mejorar los procesos es fundamental entender previamente el modelo
operativo y la estrategia de operaciones. Una vez que esto es claro,
definir los procesos a mejorar es una cuestión de método.
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