El costo de la variedad
Todo tiene un costo.
Cualquier emprendimiento que tenga cierto volumen tiene que comenzar
a estandarizar lo que ofrece, de lo contrario los costos se
incrementan. Esto es una frase de manual: cuanta más variedad se
ofrece, mayores son los costos. Cuando se trata de empresas
productivas, la variedad implica hacer cambios en las máquinas, con
lo cual se pierde horas de producción, hay que tener más moldes,
más materia prima y más complejidad en la planta productora. Cuando
se trata de servicios, la mayor variedad implica mayor tiempo de
atención de los clientes, mayor tiempo de capacitación de los
colaboradores, mayor tiempo
por transacción y por último más complejos requerimientos
informáticos.
Una vez que está claro
que mayor variedad implica mayores costos, quien lleva adelante el
negocio tiene que enfrentarse a la decisión de qué conviene más:
reducir la variedad y bajar los costos, o aumentar la variedad y
aumentar los costos. Parece una pregunta obvia con una respuesta
también obvia, pero no lo es.
Que tengamos mayor o
menor variedad depende de nuestro modelo de negocios. Un sastre hace
cada trabajo una única vez, lo hace perfectamente a medida. Pero sus
clientes están dispuestos a pagar un precio más alto. El modelo de
negocios del sastre le permite cobrarle a sus clientes mucho más
porque justamente ofrece la mayor variedad existente.
Pero entre el sastre y la
fábrica de remeras blancas hay todo un abanico de posibilidades:
donde ubicarse es una cuestión que debe definir quien lleva adelante
el negocio, en función de si sus clientes están dispuestos o no a
pagar más por la variedad.
Los mayores problemas
surgen cuando la empresa se esfuerza por ofrecer gran variedad, pero
los clientes son reacios a pagar más. Entonces por un lado suben los
costos, pero el precio se mantiene constante, si es que en términos
reales no baja. Tomar conciencia de que la variedad tiene un costo y
analizar si nuestros clientes quieren pagar más por la variedad, es
el primer paso para poder definir este aspecto tan relevante de la
estrategia de operaciones. Es una parte vital de
cualquier diseño de operaciones: no hay nada peor que diseñar para
estandarizar y luego orientarse a la variedad o viceversa.
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