¿Cómo afecta a los procesos la dispersión geográfica?
Hace un tiempo se hablaba
de ser global, pero aprender a jugar de manera local. Con el fenómeno
de la globalización ya asentado y formando parte de nuestra vida, se
ha perdido mucho del pensamiento en torno a las estrategias globales
y la necesidad de adaptarse a la globalización. Esto ha sido así
especialmente en procesos, a tal punto que se ha perdido el foco de
lo global para justificar casi cualquier cosa en pos de adaptarse a
lo local.
La dispersión geográfica
hace más difícil la disciplina operativa. Que todos hagan las cosas
como se debe tiene un costo, por lo que siempre se evalúa si los
beneficios efectivamente sobrepasan los costos. Sin embargo, cierta
pereza intelectual hace que muchas organizaciones no opten por un
camino de disciplina operativa y todo termina quedando a criterio de
quien ejecuta la tarea.
Se suele aducir que el
control operativo es muy costoso frente a un panorama de
diversificación geográfica. La respuesta no es tan lineal, pero la
disciplina operativa, antes que una estructura rígida es parte de la
cultura corporativa. Y en estos casos, es más una cuestión de
liderazgo que de control operativo. Es cierto que la existencia del
control por cultura organizacional no es fácil de demostrar, pero es
el más efectivo y más económico, aunque exige un esfuerzo
adicional de quienes lideran la organización.
Se suele argumentar que
las distintas culturas locales y marcos legales nos fuerzan a tener
distintos procesos, lo cual podría ser cierto. En mi experiencia,
esta es sólo una excusa de quienes operan localmente para hacer las
cosas a su gusto y también una excusa del liderazgo para no tener
que esforzarse. Son muy pocos los procesos que requieren algún tipo
de adaptación a la cultura y marco legal. De hecho, los procesos
pueden diseñarse de manera global y tener pequeñas adaptaciones
locales, lo cual implica un gran esfuerzo de diseño, pero que
simplifica la estructura de control a la vez que permite la
diseminación de mejores prácticas.
En cualquier caso, es
importante que ante la dispersión geográfica, haya un esfuerzo
organizacional para implantar una cultura orientada a la disciplina
operativa y para diseñar procesos globales. Esto permite incorporar
el conocimiento de la organización y que sea aprovechado a lo largo
y ancho de toda su geografía: de lo contrario, el aprendizaje nunca
llega a todos lados y se pierde en el camino.
Comentarios
Publicar un comentario