Un diseño completo
Los perfiles más creativos suelen
tener excelentes ideas que luego se plasman en un diseño. Sin
embargo, esta parte que parece más creativa es sólo una fracción
de lo que es necesario para obtener un buen diseño.
La primera parte del proceso de
diseño es el desarrollo del concepto. Esta es una tarea orientada al
cliente, a su necesidad y lo que espera de nosotros. Vale recalcar
que cuando uno habla de “cliente” no siempre se remite a quien
paga directamente por el servicio ofrecido. Las ONG y el Estado
también tienen clientes, aunque por motivos ideológicos muchas
veces se los llama de otra forma. Sin embargo, es el término técnico
para denominar a cualquiera que recibe el producto o servicio de una
organización.
Este concepto es generalmente
abstracto y no tiene todavía la forma final del producto o servicio,
sino que es más bien una idea. En esta etapa se suelen dejar de lado
las limitaciones y se enfoca la discusión en la idea. Preguntas que
hacen referencia a la implementación tienen que ser dejadas de lado.
Claramente, sin que los conceptos sean realmente absurdos, para
evitar derivar energías a cuestiones que de por sí son
irrelevantes.
Pero la creatividad no se detiene
en el concepto, porque ahora es el momento de definir qué es lo que
el cliente va a recibir, armando así la lista de componentes. El
detalle de componentes va desde lo más general hasta lo más
particular y vale tanto para productos como para servicios. El
cliente va a recibir un pantalón de jean, con dos bolsillos
bordados, botones dorados, etc. No se trata de una lista de
materiales para producción, sino de todo aquello que es distintivo y
que el cliente percibirá. Para nuestro último ejemplo, no
mencionaremos el hilo con el que se coserá el pantalón. Para poner
un ejemplo de servicios, el cliente recibirá una conexión a
Internet de una velocidad determinada y con una serie de beneficios
adicionales.
Finalmente, la creatividad debe
seguir derramándose hasta diseñar el proceso que es necesario para
poder ofrecer al cliente este concepto que toma forma en la lista de
componentes. Este proceso es algo que el cliente no ve y por lo tanto
no nos paga por ello, sino por lo que produce este proceso.
A partir de este recorrido por el
ciclo de diseño es muy fácil darse cuenta que hoy no es una tarea
para “creativos” en el piso más alto del edificio, sino que es
un trabajo en conjunto de todas las áreas de la organización: desde
marketing hasta producción, todos tienen que intervenir.
Muy buen post. Excelente blog!
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