Capacitación para las operaciones
La capacitación es una
necesidad cuando se trata de tener una operación que funcione y que
lo haga a un costo aceptable. Es claro que contratar a personas
altamente capacitadas, o bien capacitarlas luego de la contratación,
es una inversión importante y por lo tanto debemos gestionar la
capacitación apropiadamente. Las grandes empresas de ingeniería
tienen muy claro esto, que toman ingenieros jóvenes e invierten en
su entrenamiento tanto dinero que a veces les toma cuatro años
recuperarlo.
Muchas veces se asignan
recursos innecesariamente, sobre todo en lo vinculado al costado
soft, descuidando los aspectos más duros, asumiendo que las personas
tienen conocimientos sobre su área de trabajo y las herramientas que
más intensivamente usan, cuando en realidad no los tienen. Estos
problemas se dan en general por la falta de formalización de los
requerimientos de conocimientos, la sobreestimación de la
experiencia previa y la informalidad del entrenamiento en el puesto
de trabajo.
Es fundamental definir
con claridad qué debe conocer quien realiza un determinado trabajo.
Quien se dedica mayormente a procesar planillas de cálculo, no puede
sólo conocer superficialmente la herramienta informática que usa,
sino que debe manejarla lo suficiente como para optimizar su trabajo.
Esto parece una trivialidad, pero me he encontrado con gente que
utiliza intensivamente en su trabajo planillas de cálculo y no saben
utilizar funciones más allá de las operaciones algebraicas básicas.
Que una persona tenga
experiencia haciendo algo, no quiere decir que lo haya hecho bien,
por eso es necesario una capacitación formal sobre lo que se espera
que realice en el puesto de trabajo, además de evaluar sus
conocimientos objetivamente. Si alguien va a programar salidas de
camiones, es necesario darle una capacitación básica en logística,
para que pueda desarrollar criterio para gestionar la flota.
Finalmente, el
entrenamiento en el puesto de trabajo es vital, pero debe ser formal,
para que sea algo más que “pasarle los papeles al nuevo”.
Con una capacitación
planificada es posible que cada cual realice su trabajo con eficacia
y eficiencia, impactando esto directamente en las operaciones y por
lo tanto en el cliente.
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