Definiendo la estrategia de operaciones
El modelo de negocio y
los objetivos del negocio, una vez que fueron formulados, se
transmiten a todas las áreas, incluyendo al área de operaciones. A
partir de ello el área de operaciones debe definir sus prioridades
competitivas para poder contribuir a los objetivos del negocio.
Es entonces a partir de
esta definición de prioridades competitivas que se genera la
estrategia de operaciones. La literatura específica ha logrado
desarrollar una serie de variables que pueden definir esta
estrategia, pero más allá de este ejercicio académico de
clasificar y rotular, es importante definir una estrategia de
operaciones y comunicarla claramente.
Estas prioridades
competitivas son las características generales que tiene que tener
la operación. Se puede mencionar entre otras la rápida entrega, la
flexibilidad, la calidad del producto, etc. Es importante en este
punto recordar el concepto de los trade-off, porque ninguna operación
podrá desarrollar todas las prioridades competitivas a la vez, sino
que deberá focalizarse sólo en algunas de ellas.
Para definir estas
prioridades competitivas es necesario una reflexión por parte de la
organización en su conjunto y en particular por parte de quienes
están al frente de las operaciones. Al definirlas, los objetivos de
cada área vinculada a las operaciones deberán ser consistentes con
la estrategia general. Es decir que los objetivos de las distintas
áreas se construyen en cascada a partir de la definición de la
estrategia de operaciones. El árbol de objetivos puede ser una
herramienta interesante para relevar los objetivos de cada área y
entender su vinculación con la estrategia de operaciones.
No es menor recordar que
la estrategia de operaciones debe estar alineada con la estrategia
del negocio. Porque no se podrá obtener los resultados esperados si
una operación se focaliza en tener un ciclo de entrega corto,
mientras que la propuesta de valor del negocio pasa por ofrecer los
productos al menor costo. Esto parece una perogrullada, pero hay
muchos casos en los que el negocio va por un lado y la estrategia de
operaciones por el otro.
No hay estrategias de
operaciones buenas o malas, hay estrategias de operaciones que están
o no están alineadas con las necesidades del negocio.
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